El saúco (Sambucus nigra) es un arbusto de la familia de las caprifoliáceas que alcanza hasta los 6 metros de altura y los 80 años.
Es originario del hemisferio norte: la mayor parte de Europa y el noroeste de África, y también se encuentra en Norteamérica.
Su tronco es corto y rugoso y sus hojas, de color verde oscuro, son compuestas de dos o tres pares de hojuelas opuestas y otra terminal, todas ellas ovales, agudas y dentadas
Sus flores, de olor algo desagradable, son pequeñas, de color crema, que dejan paso a los frutos (bayas negras). Con fines medicinales, se emplean las hojas, la corteza, las flores y las bayas.
El saúco se conoce desde épocas remotas, ya que en excavaciones realizadas en Suiza e Italia sobre emplazamientos de ciudades del Neolítico y la Edad del Bronce, se pudo encontrar una gran cantidad de semillas de saúco. Se cree que se utilizaba en aquella época como alimento y para ritos mágicos.
Los griegos también lo conocían e Hipócrates y Plinio empleaban sus bayas contra la retención de líquidos y Galeno usaba sus flores para mitigar la fiebre.
Durante el imperio romano, se usaba el saúco para cubrir las canas y sus bayas eran muy empleadas como ingrediente culinario.
En la Edad Media, Santa Hildegarda aconsejaba baños de hojas de saúco contra la ictericia; San Alberto Magno afirmaba que sus hojas, su corteza y sus frutos eran buenos purgantes y vomitivos.
Propiedades curativas
Las flores contienen glucósidos, mucílago, tanmos y ácidos orgánicos, de propiedades diuréticas depurativas y sudoríficas. Igualmente, incrementan la secreción láctica de las mujeres. Se puede, incluso con éstas, preparar un jarabe que calma las gargantas irritadas y fortalece el sistema inmunológico
Las flores frescas se usan en la destilación del «agua de saúco» (aqua sambuci), levemente astringente y suavemente estimulante, que se solía emplear como tratamiento para el cutis, para acondicionar la piel y eliminar las pecas y las quemaduras solares, para calmar las erupciones e irritaciones. Todavía se sigue usando en cosmética, fundamentalmente como vehículo para lociones de ojos y cutis graso y en compresas y lavados, contra los sabañones.
El agua de saúco es un preparado oficial de la farmacopea británica y la farmacopea de Suiza.
Las flores formaron parte hace tiempo de la farmacopea de Estados Unidos. El British hierbal Compendium indica su utilidad para el catarro común y la fiebre y como diurético; la Germán Standard Licence para la infusión de flor de saúco la considera medicina diaforética para el tratamiento de resfriados comunes acompañados de fiebre y trastornos catarrales; y la Comisión E alemana aprobó el uso interno de esta flor para combatir los resfriados.
Las bayas contienen pigmentos, azúcar y gran cantidad de vitamina C y se consideran buenos laxantes, calmantes de los dolores de origen nervioso (neuralgias) y reumático.
La maceración de la corteza de saúco es empleada como diurético, laxante, eliminador del ácido úrico y antiepiléptica.
Remedios populares
Remedio depurativo con saúco Machacar 15 g de hojas frescas de saúco y hervir 10 minutos en un litro de agua. Beber 1/2 taza por las mañanas durante 1 semana.
Remedio con saúco para combatir la gripe y el resfriado Verter 5 gramos de flores secas de saúco en 1 taza con agua que esté hirviendo. Dejar enfriar, colar y tomar enseguida.
Remedio sudorífico con saúco (bajar la fiebre) Verter, en un litro de agua que esté hirviendo, 20 g de flores secas, dejar reposar 10 minutos y beber 1 taza al acostarse, y después cinco o seis vasitos repartidos durante el día, calentados al baño de María.
Remedio con saúco para la epilepsia Verter 150 g de agua muy caliente sobre 50 gramos de corteza triturada y dejar reposar durante 48 horas. Beber el líquido por la mañana, en ayunas.
Remedio con saúco para la retención de orina, gota y reumatismo Verter 150 g de agua muy caliente sobre 100 gramos de corteza triturada y y un litro de vino, también prácticamente a punto de hervir. Dejar reposar durante 48 horas. Beber un vasito como aperitivo mañana y tarde durante una semana.
Remedio con saúco para las neuralgias Tomar 30 g de jugo de bayas maduras, bien cocidas, por la mañana en ayunas.
Remedio con saúco para la gota Verter 2 cucharadas de flores de saúco en medio litro de agua que esté hirviendo. Cubrir, filtrar y dejar refrescar. Beber tres veces al día.
Remedio con saúco para la hemorroides Macerar un puñado de hojas de sauco en 1 taza de aceite de oliva por 7 días en un frasco de vidrio de cierre hermético. Luego calentar y dejar refrescar. Aplicar frío sobre la zona afectada por el hemorroides.
Remedio con saúco para la conjuntivitis: Hervir en 1/2 litro de agua 20 gms. de flores de saúco por 10 minutos. Dejar refrescar y colar. Empapar unas bolitas de algodón con esta infusión y aplicar sobre los párpados cerrados. Dejar puesto hasta que se sienta que el líquido se ha escurrido y entrado un poco en los ojos. Realizar este remedio varias veces durante el día.
Precauciones
No se debe consumir las bayas ni las hojas crudas, ya que son tóxicas. Para lograr fines medicinales y curativos, es necesario someterlas a cocción o maceración como aparece en los remedios arriba expuestos.
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